Con esta prueba, y otras que se van añadiendo diariamente, convenientemente filtradas a la prensa, resulta prácticamente imposible no condenar definitivamente a Andreas Lubitz y sirve para cerrar el caso del vuelo 9525, el AIRBUS A320 de la compañía GERMANWINGS, filial de LUFTHANSA, estrellado en los Alpes franceses con 144 pasajeros y 6 tripulantes, el 24 de marzo de 2015.
Todo se ha aclarado en pocas horas: un "enfermo mental", con tendencias suicidas y que se estaba quedando ciego de un ojo, se hizo con los mandos del avión y decidió estrellarlo sin dar ningún tipo de explicación y sin levantar ninguna sospecha previa.
Según "avanza la investigación", una "antigua novia" lo acusa de que "alguna vez haría algo grande". También se han encontrado grandes cantidades de antidepresivos en su casa, etc, etc.
Pero algunas cosas no cuadran y otras cuadran demasiado bien. Por ejemplo, no cuadra que en el pueblo donde vivía Andreas, Montabaur (Renania-Palatinado), los que lo conocían declaran que era "un chico majísimo, con muchos amigos" y que sus compañeros de trabajo, "de momento", lo encontraban una persona normal.
Resulta que Andreas es el eslabón más débil de la cadena y encima está muerto, por tanto jamás podrá defenderse. Sin acusar a nadie y únicamente especulando un poco,
¿qué se evita al cargar toda la culpa al copiloto?:
1. Se evita la falta de prestigio de LUFTHANSA ya que el comandante que eligió para el avión resultó tener un comportamiento heroico. Puede que todos los que iban a bordo lo tuvieran, nunca lo sabremos.
2. Se evita la posibilidad de que un posible atentado terrorista hubiera acabado con el prestigio de la seguridad europea, hubiera costado responsabilidades políticas y hubiera perjudicado al tráfico turístico en Semana Santa y el verano.
3. Se evita que un posible fallo mecánico debido a un posible recorte en el coste de mantenimiento de la compañía de bajo coste afectara a la cotización de LUFTHANSA en los mercados financieros.
4. Se evita que un posible fallo estructural, mecánico o informático del AIRBUS A320 pudiera afectar a la cartera de pedidos o a la cotización de la corporación EADS.
¿No resulta demasiado fácil cargar la culpa a un hombre indefenso y muerto?...y rápido, muy rápido, con una avalancha de pruebas en cascada. A pesar de el chorro de información mediático ¿Nadie tiene dudas? Posiblemente nunca sepamos lo que pasó, teniendo en cuenta que cualquier prueba que se nos presente a estas alturas puede estar perfectamente fabricada.
No es más que una opinión pero resulta que, hasta el momento, Lubitz no dejó nada por escrito ni pronunció una palabra.
En cualquier caso, sean cuales sean las causas de esta catástrofe, hay que recordar a los muertos, no quiero ni imaginar lo que sintieron durante los últimos segundos de su vida, y a los familiares y amigos que sufren un dolor insoportable.
BIOGRAFÍA: Andreas Gunter Lubitz nació en Montabaur (Renania-Palatinado, Alemania) el 18 de diciembre de 1987, siendo su padre ejecutivo en una empresa y, su madre, profesora de piano.
Al terminar la secundaria, Lubitz fue aceptado en un programa de formación de LUFTHANSA. Obtuvo su licencia de vuelo en 2010 y estuvo trabajando como auxiliar de vuelo durante once meses.
En 2013 fue contratado por la compañía aérea GERMANWINGS y empezó a volar en septiembre de ese año. Acumulaba 630 horas de vuelo mayoritariamente en AIRBUS.
Ha sido acusado de, pilotando el vuelo 9525 de GERMANWINGS, un AIRBUS A320, aprovechar que el comandante del aparato abandonó un momento la cabina para encerrarse y dirigir el avión contra los el Macizo de Estrop, en los Alpes franceses, provocando su muerte y la de 149 personas más que iban en el avión.
Foto nº 1: Cortesía lavanguardia, Foto nº 2: Cortesía telegraph, Foto nº 3: Cortesía nowtheendbegins, Foto nº 4: Cortesía ilmessaggeroip, Fotos nº 5 y 8: Cortesía mirror, Foto nº 6: Cortesía indianexpress, Foto nº 7: Cortesía info7, Fotos nº 9 y 10: Cortesía cnn
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