En su ejército servía un joven oficial, Teobert Maler quien, tras la derrota de Maximiliano ante Benito Juárez y su posterior fusilamiento, decidió quedarse en México, fascinado por este país.
El descubrimiento de la ciudad de Palenque, casi oculta totalmente en la selva tropical de Yucatán, fue fundamental en su decisión de dedicarse a la arqueología.
Lamentablemente su trabajo no fue verdaderamente valorado hasta su muerte.
BIOGRAFÍA: Teobert Maler nació en Roma el 12 de enero de 1842, siendo su padre un diplomático del ducado de Baden (Alemania).
Teoberto estudió arquitectura e ingeniería en la ciudad alemana de Karlsruhe (Baden-Wurtemberg) y, en 1863 se estableció en Viena, donde trabajó con el arquitecto Heinrich von Ferstel.
Marchó a México con el ejército del emperador Maximiliano, donde alcanzó el grado de capitán. Tras la rendición del Emperador y su posterior fusilamiento por orden de Benito Juárez, el 19 de junio de 1867, Teobert decidió quedarse en México.
Unió su afición a la fotografía con la arquitectura y se dedicó durante 10 años a fotografiar paisajes y ruinas de Mesoamérica, como Ticul, Chichén Itzá y Uxmal. En 1877 inició el estudio de las ruinas de Palenque, ocultas por la exuberante vegetación de la selva.
Al año siguiente tuvo que volver a Europa para arreglar los trámites de aceptación de la herencia de su padre. Esta pequeña fortuna le permitió establecerse en Ticul, abrir un estudio fotográfico y dedicarse a su pasión de explorar las ruinas mayas.
Cuando en 1910 viajó a Europa para intentar que se publicara su obra, no encontró gran interés en sus estudios.
Teobert Maler murió en Mérida (Yucatán, México) el 22 de noviembre de 1917.
Fotos: Dominio público (Wikimedia Commons)
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