
En el momento de la llegada de los españoles, ostentaba el título de TLACOCHCALCATL equivalente a Capitán General de los ejércitos.
Moctezuma estaba convencido de que Hernan Cortés era QUETZALCOATL (importante deidad), así que confió a Cuitláhuac que recibiera a los españoles.
Éste, desconfiando de los visitantes intentó alertar a Moctezuma:
"No metáis en vuestra casa a quien os eche de ella y os quite el reino y, quizás, cuando lo queráis remediar, no sea tiempo"
Muerto Moctezuma, Cuitláhuac fue nombrado décimo TLATOANI y, durante los aproximadamente dos meses que ocupó el cargo obtuvo la primera gran victoria contra los españoles, echándolos de Tenochtitlán, reorganizó los ejércitos, comenzó las labores de reconstrucción y activó la diplomacia para conseguir aliados contra los invasores.
Pero hubo un enemigo al que no pudo vencer, la viruela, una enfermedad traída por los españoles y contra la que los indígenas carecían de defensas.
Sería una verdadera hecatombe para los pueblos del Nuevo Mundo. Se calcula que la población de la América precolombina ascendía a unos 100 millones de habitantes. Por causa de las guerras de conquista, el exterminio sistemático de poblaciones (genocidio) y sobre todo, las enfermedades traídas por los europeos (viruela, gripe, sarampión, tifus o peste), se produjo la muerte de entre 40 y 60 millones de personas. La mayor catástrofe demográfica de la Historia.

Pronto se convirtió en un distinguido guerrero que participó en la campaña de sometimiento a los mixtecos y, tras la coronación de Moctezuma, en la campaña de sometimiento de Atlixco.
Desconfió de los españoles desde el principio y no se equivocó, ya que Cortés llegó a Tenochtitlán con la intención de conquistar la fabulosa capital de los aztecas. Contaba con una fuerza de 400 infantes, 15 jinetes y 1.300 totonacas aliados.
Los aztecas recibieron amistosamente a los españoles, que quedaron impresionados con la ciudad, con sus palacios, sus jardines y su naturaleza lacustre, unida a tierra firme por medio de cuatro calzadas.
La llegada de Pánfilo Narváez, enviado por el gobernador Velázquez para apresar a Cortes, debido a que había partido para México sin autorización, provocó la partida de Cortés para la costa con 80 hombres para hacerle frente.
Pedro de Alvarado quedó en Tenochtitlán con 120 infantes y, sintiéndose amenazado, ordenó asesinar a cientos de jóvenes guerreros durante una ceremonia que se celebraba en el Templo Mayor.
Al retornar Cortés con refuerzos y, consciente de la gravedad de la situación, mandó liberar a Cuitláhuac, que estaba retenido por los españoles, con la intención de apaciguar a los Tenochcas.
Pero este asumió el mando de la revuelta contra los invasores. Muerto Moctezuma, Cuitláhuac fue designado décimo TLATOANI quien no dudó en atacar a los españoles durante la noche del 30 de junio de 1520 ("Noche Triste", según los historiadores españoles).
Hernán Cortés y unos pocos hombres lograron huir de Tenochtitlán milagrosamente. El resto, unos 800 soldados y 5.000 indígenas aliados fueron exterminados.
Tras esta victoria, Cuitláhuac mandó reconstruir la ciudad y reforzar las fortificaciones. Envió mensajeros a las provincias del Imperio para conseguir apoyo militar pero, inesperadamente, enfermó de viruela y murió en noviembre de 1520, con 44 años. Fue sucedido por Cuauhtémoc.
Fotos: Dominio público (Wikimedia Commons)
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