Su gran ego le hizo incapaz de reconocer la derrota, lo que le condujo a ordenar ataques continuos en el Somme con cientos de miles de muertos, y en Passchendaele, otro baño de sangre. Según sus palabras:
"Cada paso de mi plan se ha dado con ayuda divina"
"Sus hombres han muerto muy bien"
BIOGRAFÍA: Douglas Haig nació en Edimburgo el 19 de junio de 1861. Realizó sus estudios en la universidad de Clifton y de Brasenose, entrando a continuación en la prestigiosa ROYAL MILITARY ACADEMY SANDHURST.
Destinado en Sudán (1898) luchó en la batalla de Omdurmán sirviendo en la caballería egipcia. Durante la Guerra de los Boers (1899) fue nombrado Jefe de Estado Mayor de French.
Sus rápidas promociones fueron apoyadas por personajes como Sir Evelyn Wood, Sir John French e incluso, por el rey Eduardo VII. En 1903 fue nombrado Jefe de Estado Mayor del Ejército británico en la India.
Durante la I Guerra Mundial tomó el mando de la Fuerza Expedicionaria Británica el 10 de diciembre de 1915. Su nombramiento no fue recibido con demasiado entusiasmo.
Hombre silencioso, serio y poco comunicativo, tenía una autoestima inmensa, siendo ese exceso de confianza, la razón que le impedía reconocer sus limitaciones y errores.
Bajo su mando se produjo la Batalla del Somme (24 de junio-18 de noviembre de 1916), una de las batallas más sangrientas e inútiles de la Historia.
Los británicos pretendían tomar Bapaume, pero el 4º Ejército británico fue frenado por un intenso fuego de ametralladora. En un solo día (1 de julio de 1916), los ingleses sufrieron 57.450 bajas, de las que 20.000 fueron muertos. La batalla se convirtió en una lucha de desgaste y, para cuando Haig la detuvo el 18 de noviembre, se habían producido 420.000 bajas británicas, 195.000 francesas y 650.000 alemanas. Fue nombrado Mariscal el 1 de enero de 1917.
La siguiente gran ofesiva planeada por Haig para 1917 (3ª Batalla de Ypres), comenzó el 21 de julio y terminó el 6 de noviembre con la toma de Passchendaele, objetivo que se convirtió en un infierno de barro y sangre, con un coste de 400.000 bajas aliadas, que contrasta con las 65.000 bajas alemanas.
Mantuvo unas relaciones tirantes con Nivelle, lo que no impidió su colaboración en Cambrai (noviembre de 1917), la primera gran batalla con carros de combate.
La polémica le rodeó durante todo el tiempo que actuó como comandante en Jefe de la BEF. Finalizada la I Guerra Mundial, el rey Jorge V le nombró conde de Haig, por los servicios prestados. Murió el 29 de enero de 1928.
Fotos: Dominio público (Wikimedia Commons)
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