EL PERSONAJE: Con el inicio de la utilización de los sellos de correos a mediados del siglo XIX, empezó el coleccionismo de sellos e, inmediatamente, los falsificadores.
La falsificación comprende diversas formas: sellos en uso (es la menos usual por ser la más vigilada), sellos habilitados (marcados por los gobiernos ante la imposibilidad de producir nuevos), cubiertas falsas (añadir un sello original a un sobre de la época para aumentar su valor), reparación de sellos dañados, borrado o manipulación de matasellos, aplicación de goma en el dorso de sellos usados, etc.
De todos los falsificadores, el más grande de todos fue Jean de Sperati. Un verdadero genio, ya que dominaba profundamente todas las facetas necesarias para fabricar un sello de correos: tinta, papel, marcas e impresiones.
Su trabajo alcanzaba tal calidad que superaba incluso la prueba de la lámpara de Wood, lámpara fluorescente consistente en un tubo sellado que contiene mercurio, inventada en 1903, que delataba los sellos con marcas borradas o con colores manipulados.
BIOGRAFÍAS: Giovanni Desperati nació en Pistoia (Italia) el 14 de octubre de 1884. Su familia se dedicaba a la fotografía, al papel y a la impresión de tarjetas postales.
Aficionado desde niño a coleccionar sellos, uno de sus hermanos (fotógrafo) y otro (comerciante de sellos), le fueron proporcionando una sólida formación en productos químicos, papel y filatelia. Además, mientras tanto, estudiaba contabilidad en el Instituto Técnico de Bolonia.
A los 15 años de edad, logró comprar gracias a una oferta, los 15 volúmenes de la "Enciclopedia de Química" del Doctor Selmi. Con el hermano fotógrafo, empezó a producir postales e ilustraciones, adquiriendo grandes conocimientos en grabado, litografía y heliografía.
En 1909 él y su hermano fueron denunciados por la fabricación de sellos de la República de San Marino, siendo condenados a dos años de cárcel y 2.000 liras de multa. En 1911 fueron absueltos gracias a la decisión del Tribunal de Apelación de Lucca. Se trasladaron entonces a París, donde Jean Sperati (ya con el nombre afrancesado), continuó falsificando sellos postales.
En 1930 se instaló en Aix-Les-Bains para evitar la atención de la policía parisina y, durante la II Guerra Mundial, se dedicó a falsificar sellos falsos debido a la gran demanda que tenían por su facilidad para esconderlos. Todo se complicó en febrero de 1942 cuando la Aduana de Toulouse, realizando labores de control, abrió un paquete de Sperati dirigido a Lisboa, que contenía planchas de 18 sellos alemanes, y fue acusado por "tentativa de exportación de divisas en forma de sellos".
Para evitar la cárcel, Sperati declaró que eran copias artísticas sin valor, Philatélie D'Art, como él las denominaba. Pero los expertos que los revisaron certificaron que eran auténticos, por lo que fue condenado en 1914 a 20.000 francos de multa. Tuvo que responder a una demanda de la Cámara Sindical de Comerciantes de Sellos, por estafa, y condenado a un año de cárcel. El Tribunal de Apelación le aumentó la condena a 2 años y 620.000 francos de multa, afectando también la sentencia a su mujer y a su cuñada.
Con la intención de ridiculizar a los expertos, Sperati escribió tres libros: "Philatélie D'Art", "¿La Filatelia sin Expertos?" y "Confidencia a los Expertos". En 1954 parece que, a cambio de 10 millones de marcos, vendió todas las copias y herramientas a la Asociación Filatélica Británica. Jean de Sperati murió en Aix-Les-Bains en 1957.
Fotos: Cortesía filaposta
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