La Batalla tuvo lugar el 7 de octubre de 1571 y fue un combate naval en la que la Liga Santa, compuesta por España, Venecia, el Papado, la Orden de Malta y algunos estados italianos trataron de detener la amenaza turca en el Mediterráneo.
Tras la conquista por parte de los turcos, en agosto de 1571 de Famagusta (Chipre), los estados cristianos se apresuraron en acelerar los preparativos, concentrando en Messina una flota comandada por Juan de Austria.
Al enterarse de la formación de la flota cristiana, Alí Bajá, Almirante de la flota turca llevó al golfo de Lepanto (actualmente Golfo de Corinto, Grecia) a su escuadra, formada por 275 naves, 750 cañones, 34.000 soldados, 13.000 marineros y 45.000 remeros.
Tras cinco horas de batalla, las pérdidas turcas fueron de 130 barcos capturados, 94 hundidos y 35.000 muertos, incluido Alí Bajá. Los cristianos perdieron fueron de 17 galeras y 15.000 hombres.
El 10 de febrero de 1570, con una fuerza de 12.000 soldados, 700 carros y 300 jinetes entró en Galera, pueblo sin murallas e hizo degollar a sus habitantes, entre tres y cuatro mil personas, incluyendo mujeres y niños. Arrasó la población y la sembró de sal. Sólo salvaron los 450 que fueron "perdonados" para ser hechos esclavos.
Eran épocas de odio y desprecio absoluto a otras culturas, ya fuesen musulmanas, judías o americanas que solían acabar con el exterminio total de poblaciones. Algunos países como España tienen una historia muy triste, aunque algunos lo confunden con grandezas imperiales. Lo único que deseaba Juan de Austria era conseguir su propio reino, algo que su hermanastro Felipe II nunca consintió.
Carlos V quiso que su hijo creciera en España así que, en 1551 llegó a Leganés donde fue confiado a Francisco Massy, violinista de la Corte y Ana de Medina, su esposa. Tres años más tarde, se hizo cargo del niño Luis de Quijada, mayordomo del Emperador, y su esposa Magdalena de Ulloa, en Villagarcía de Campos (Valladolid).
Carlos V quiso conocer a su hijo cuando ya estaba retirado en el monasterio de Yuste (Extremadura), algo que ocurrió en mayo de 1559. Siguiendo las instrucciones de su padre, Felipe II reconoció a su hermanastro como miembro de la familia real, le asignó el nombre de Juan de Austria (había sido bautizado como Jerónimo) y le asignó tanto honores como rentas como si fuera un infante.
Felipe II lo nombró Capitán General de la Mar y se dedicó, en 1568, a luchar con su escuadra contra los piratas Berberiscos. Entre 1569 y 1570, como comandante supremo de las fuerzas reales efectuó una durísima represión contra los moriscos de las Alpujarras que acabó con miles de muertos y la expulsión, en febrero de 1571 de los moriscos del reino de Granada.
Como comandante supremo de la flota de la Liga Santa se enfrentó a los turcos en la batalla de Lepanto, el 7 de octubre de 1571, obteniendo una gran victoria, su máximo nivel de gloria y la desconfianza de su hermanastro Felipe II, que rechazó concederle el tratamiento de alteza y sus aspiraciones de expansión en el Mediterráneo. Tras la toma de Túnez en octubre se 1573 y solicitar ser nombrado Rey de Túnez, Felipe II lo apartó de la flota y lo nombró vicario general en Italia.
Fotos: Dominio público (Wikimedia Commons)
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