"Vi como chocaban dos aviones y otros dos salían sin daños. La bomba cayó con paracaídas a unos 20 metros. También vi otro objeto, que resultó ser la caja negra"
El 17 de enero de 1966 se produjo el llamado "incidente de Palomares". Eran las 9:22 AM (hora de Londres) y el cielo estaba despejado con fuertes rachas de viento cuando se hicieron visibles cuatro aviones sobre la pedanía de Palomares (Almería) que se disponían a realizar una maniobra rutinaria de aprovisionamiento.
El bombardero estadounidense transportaba cuatro bombas termonucleares MARK 28 de 1,5 megatones, con un peso de 800 kilogramos, 16 veces más potentes que las bombas de Hiroshima y Nagasaki. Una cayó cerca de la desembocadura del río Almanzora, otra en el pueblo, la tercera en la sierra cercana y, la cuarta, en el mar.
Con el golpe contra el suelo, explotó el explosivo convencional, pero se evitó la reacción en cadena que ponía en marcha la explosión nuclear, debido a un dispositivo secreto anti impactos. Las bombas que cayeron en tierra fueron recuperadas en pocas horas pero, la que cayó en el mar fue recuperada tras 80 días, con la colaboración de Francisco Simó. Las explosiones formaron una nube de partículas formada por óxidos de elementos transuránicos (Plutonio-239, Pu-240 y Americio-241) y Tritio que contaminó 226 hectáreas con niveles de hasta 3.000 veces superiores a las pruebas atómicas.
Militares estadounidenses con trajes NBQ, guardia civiles y 1.500 civiles españoles (sin ninguna protección) retiraron 1.400 toneladas de tierra en 4.818, aunque se calcula que un 15% del plutonio quedó en la zona, emitiendo radiaciones alfa durante una media de 24.100 años.
Las autoridades españolas realizaron una campaña publicitaria para demostrar que la zona no estaba contaminada. El ministro de información y turismo Manuel Fraga y el embajador estadounidense Angier Biddle Duke se bañaron en la playa de Quitapellejos en Palomares, intentando dar una imagen de normalidad.
BIOGRAFÍA: Francisco Simó Orts nació en el Serrallo, el barrio de los pescadores de Tarragona (Cataluña) en 1928. Emigró al sur, en busca de mayores capturas de pescado estableciéndose en Águilas, municipio de Murcia, en la comarca del Alto Guadalentín, aunque nunca rompió con su Serrallo natal. Francisco encontró pesca, pero también la gloria. El 17 de enero de 1966 se encontraba pescando gambas al sur de Águilas, frente a la costa de Palomares, una pedanía perteneciente al municipio de Cuevas de Almanzora (Almería), en su pesquero MANUELA ORTS.
Sobre las 10:22 de la mañana, sobre la vertical del pesquero de Francisco y su hermano mayor Alfonso, un bombardero B-52 cargado con 4 bombas H (de hidrógeno o termonucleares), colisionó con un avión cisterna KC-135 que se disponía a aprovisionarlo de combustible. La destrucción de ambos aviones provocó la caída de las cuatro bombas desde 9.000 metros de altura. Tres de ellas cayeron en tierra y, la cuarta, en el mar.
Los hermanos Simó vieron la bomba entrar en el mar. Ante el temor de que la bomba fuera recuperada por la Unión Soviética, la Armada de Estados Unidos desplegó un enorme dispositivo de búsqueda formado por 34 buques y 4 minisubmarinos. Pero la pieza principal de la búsqueda fue Francisco a quien, cada día, un helicóptero llevaba desde Águilas a Palomares, donde montaba en un buque para que señalara la zona exacta donde cayó la bomba. El 15 de marzo, fue localizada y, el 7 de abril, recuperada. El minisubmarino ALVIN (DSV-2) localizó la bomba a 869 metros de profundidad y 8 kilómetros de la costa. Un mecanismo utilizado normalmente para recuperar torpedos denominado CURV 5, la recuperó del fondo marino.
Francisco Simó fue conocido desde entonces como "Paco el de la Bomba". Fue invitado a la Embajada de Estados Unidos en Madrid para ser agasajado como héroe por el embajador quien le entregó una alta distinción y 15.000 pesetas, una auténtica ridiculez comparada con el valor de la bomba. El Gobierno español no recompensó de ninguna manera a Francisco, cuyo barco pesquero había quedado averiado por la caída de la bomba. Gracias a una cuestación del periódico Línea de Murcia, Francisco pudo adquirir un nuevo pesquero, el AGUSTÍN Y ROSA.
Paco siguió con su actividad pesquera hasta su jubilación. Francisco Simó Orts murió en Tarragona el 4 de septiembre de 2003, aunque su familia lo enterró en Águilas, según su deseo.
Fotos: Cortesía lavanguardia
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