Kutúzov no estaba al mando en el momento de la invasión francesa pero, la falta de iniciativa y resultados del general Piotr Bagratión, comandante del 2º Ejército del Oeste, provocaron su sustitución por Kutúzov.
Éste aplicó la táctica de la "tierra quemada", es decir, destruir cualquier cosa que pudiera ser útil al enemigo en su avance, y enfrentarse a Napoleón en la batalla de Borodinó (7-8 de septiembre de 1812, también llamada Batalla del Moskova). La pírrica victoria de Napoleón no auguraba nada bueno. Fue en Borodino donde kutúzov intentó detener o retrasar la ofensiva francesa que se dirigía a Moscú. Un total de 120.000 soldados rusos se fortificaron en tres colinas, siendo el "Gran Reducto" la mejor defendida de las tres, con 27 piezas de artillería.
Kutúzov se vio obligado a ceder Moscú a Napoleón, pero convertida en una ciudad fantasma, sin habitantes, sin suministros y que, además, fue incendiada.
Sin noticias de la rendición rusa, Napoleón ordenó una retirada el 19 de octubre, temeroso de la llegada del invierno.
El frío, la falta de alimentos para animales y hombres, y el continuo hostigamiento por parte de las tropas de Kutúzov, destrozó a la Grande Armée. El 14 de diciembre de 1812 lograron cruzar el río Niemen de regreso los restos del antaño orgulloso ejército de Napoleón, unos 58.000 hombres.
¿Aprendemos de la Historia?
Pues no, 129 años después, Adolf Hitler, con un ejército aún mayor, de 3 millones de hombres, cometería el mismo error.
BIOGRAFÍA: Mijaíl Kutúzov nació en San Petersburgo (Imperio Ruso), el 16 de septiembre de 1745.
En 1760 ingresó en el ejército ruso, sirviendo en Polonia entre 1764 y 1768. Participó en la guerra contra el Imperio Turco entre 1770 y 1774, donde sufrió la pérdida de un ojo.
En 1784 fue ascendido a mayor-general y, en 1787, fue nombrado gobernador general de Crimea. Volvió a participar de nuevo en la Guerra Ruso-Turca (1787 y 1792) alcanzando el grado de teniente general.
A continuación fue sucesivamente embajador en Constantinopla, gobernador general de Finlandia, embajador en Berlín y gobernador general de San Petersburgo. Se supo ganar la confianza de Catalina II y de Pablo I, su sucesor.
Kutúzov se enfrentó por primera vez a Napoleón en 1805, como comandante del Ejército Ruso intentando impedir al avance francés hacia Viena. Entre 1806 y 1811 fue gobernador general de Lituania y Kiev. Este mismo año volvió a enfrentarse nuevamente a los turcos, finalizando la guerra con el Tratado de Bucarest.
Tras la invasión de Rusia por parte de Napoleón en junio de 1812, Kutúzov fue nombrado comandante en jefe del Ejército Ruso el 17 de agosto. Presentó batalla en Borodinó el 7 de septiembre y, a continuación continuó cediendo terreno, incluyendo un Moscú vacío.
Tras la retirada de Napoleón hacia el Oeste, Kutúzov atacó a la Grande Armée en la batalla de Malayaroslávets el 24 de octubre de 1812, lo que obligó a Napoleón a continuar la retirada más al norte, por la zona devastada de los pantanos del río Prípiat y donde el invierno sería letal para cientos de miles de soldados franceses, acabando con la Grande Armée. Volvió a derrotar a los franceses en la batalla de Smolensk en noviembre de 1812. Por su actuación fue ascendido a Mariscal de Campo y le fue concedido el título de Su Alteza Serenísima Knyaz Smolenski.
Mijaíl Kutúzov murió el 28 de abril de 1813.
Fotos: Dominio público (Wikimedia Commons)
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