Barcelona, tras la derrota de 1714, tenía una consideración militar de plaza fuerte con la Ciudadela por el norte, una fortaleza militar construida por orden de Felipe V para controlar militarmente la ciudad, y el Castillo de Montjuic al sur con cañones orientables hacia la ciudad. Fuera de las murallas había un gran espacio "no edificable" que equivalía a la distancia del disparo de un cañón que llegaría hasta el barrio de Gracia aproximadamente. Unos dos millones de metros cuadrados, en los cuales existían 7 cuarteles militares. Pero, dado el estrangulamiento inaplazable de la ciudad, en 1855, el Ministerio de Fomento encargó a Cerdá el levantamiento del plano topográfico de los terrenos que rodeaban a Barcelona que no se podían urbanizar por razones militares y que se urbanizarían según criterios militares.
El Plan Cerdà fue aprobado de manera inapelable por el Gobierno central en junio de 1859 y, el 4 de septiembre de 1860, la reina Isabel II colocó la primera piedra de L'Eixample en la Plaza de Cataluña. Esto provocó una fuerte polémica ya que el Gobierno de España imponía un plan que no era el que había ganado el concurso convocado por el Ayuntamiento de Barcelona: el Plan de Antonio Rovira y Trías. Las élites de Barcelona preferían tener un modelo de ciudad radial similar a París o Washington.
La lástima es que no se respetó el diseño original de las manzanas, que debían haber sido construidas por dos de los cuatro lados con zonas ajardinadas entre medio. Las calles, en general con una anchura de 20 metros, disponían de 10 metros centrales destinados a calzada y 5 metros a cada lado destinados a aceras. Cada 10 o 15 manzanas, había calles más anchas o avenidas.
El incomprendido Ildefons Cerdà dejó escrita una obra fundamental para el urbanismo del siglo XX: "Teoría General de la Urbanización" (1867)
BIOGRAFÍA: Ildefons Cerdà i Sunyer nació en Centelles (Barcelona, Cataluña), el 23 de diciembre de 1815, siendo el cuarto de seis hermanos. Su familia tenía raíces documentadas en la Plana de Vic desde el siglo XV.
Su padre decidió que Ildefons se dedicase a la carrera eclesiástica y estudió latín y filosofía.
Pero Ildefons no quería dedicarse a la Iglesia y, finalmente logró convencer a su padre para cambiar los objetivos de su vida y, en 1832 marchó a Barcelona estudiar Arquitectura, Matemáticas, Náutica y Dibujo en la Escuela de la Llotja.
No logró obtener el título de arquitecto y, a pesar de la falta de apoyo de la familia, viajó a Madrid en 1835 a estudiar en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, donde logró obtener el título de ingeniero en 1841 y logró ejercer como ingeniero del estado en Obras Públicas. Tuvo diversos destinos en Murcia, Teruel, Tarragona, Gerona y Barcelona, tomando parte en las obras del ferrocarril Barcelona-Mataró.
El 20 de junio de 1848 contrajo matrimonio con Magdalena Clotilde Bosch Calmell, hija del indiano e industrial José Bosch i Mústich y destacada pintora. Clotilde Bosch tuvo cuatro hijas: Pepita, Sol, Rosita y Clotilde. Parece que la cuarta hija, Clotilde, fue fruto de una relación extramatrimonial y fue una de las causas de la separación del matrimonio en 1862.
Cerdà heredó en 1849, lo que le permitió dejar su cargo en Obras Públicas y dedicarse a la política y a la elaboración de su Plan urbanístico, el Pla Cerdà.
Fue diputado progresista a Cortes por Barcelona en 1851 y concejal del Ajuntament de Barcelona entre 1854 y 1856. Su plan de ensanche de Barcelona fue aprobado en junio de 1859 y se empezó a desarrollar en 1860 con la demolición de las murallas de Barcelona. Cerdá se entregó en cuerpo y alma a su proyecto. En 1868 ingresó en el Partido Republicano Democrático Federal, siendo elegido diputado en 1871 y nombrado vicepresidente de la Diputació de Barcelona y presidente entre 1873 y enero de 1874, cuando fue disuelta como consecuencia del golpe de estado del general Manuel Pavía. Cerdá intervino en la proclamación del Estat Català en 1873. Al final de su vida, estaba casi en la ruina y había perdido la salud. Ildefons Cerdà murió en el balneario de Caldas de Besaya (Cantabria), el 21 de agosto de 1876.
Fotos: DOminio público (Wikimedia Commons)
El incomprendido Ildefons Cerdà dejó escrita una obra fundamental para el urbanismo del siglo XX: "Teoría General de la Urbanización" (1867)
BIOGRAFÍA: Ildefons Cerdà i Sunyer nació en Centelles (Barcelona, Cataluña), el 23 de diciembre de 1815, siendo el cuarto de seis hermanos. Su familia tenía raíces documentadas en la Plana de Vic desde el siglo XV.
Su padre decidió que Ildefons se dedicase a la carrera eclesiástica y estudió latín y filosofía.
Pero Ildefons no quería dedicarse a la Iglesia y, finalmente logró convencer a su padre para cambiar los objetivos de su vida y, en 1832 marchó a Barcelona estudiar Arquitectura, Matemáticas, Náutica y Dibujo en la Escuela de la Llotja.
No logró obtener el título de arquitecto y, a pesar de la falta de apoyo de la familia, viajó a Madrid en 1835 a estudiar en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, donde logró obtener el título de ingeniero en 1841 y logró ejercer como ingeniero del estado en Obras Públicas. Tuvo diversos destinos en Murcia, Teruel, Tarragona, Gerona y Barcelona, tomando parte en las obras del ferrocarril Barcelona-Mataró.
El 20 de junio de 1848 contrajo matrimonio con Magdalena Clotilde Bosch Calmell, hija del indiano e industrial José Bosch i Mústich y destacada pintora. Clotilde Bosch tuvo cuatro hijas: Pepita, Sol, Rosita y Clotilde. Parece que la cuarta hija, Clotilde, fue fruto de una relación extramatrimonial y fue una de las causas de la separación del matrimonio en 1862.
Cerdà heredó en 1849, lo que le permitió dejar su cargo en Obras Públicas y dedicarse a la política y a la elaboración de su Plan urbanístico, el Pla Cerdà.
Fue diputado progresista a Cortes por Barcelona en 1851 y concejal del Ajuntament de Barcelona entre 1854 y 1856. Su plan de ensanche de Barcelona fue aprobado en junio de 1859 y se empezó a desarrollar en 1860 con la demolición de las murallas de Barcelona. Cerdá se entregó en cuerpo y alma a su proyecto. En 1868 ingresó en el Partido Republicano Democrático Federal, siendo elegido diputado en 1871 y nombrado vicepresidente de la Diputació de Barcelona y presidente entre 1873 y enero de 1874, cuando fue disuelta como consecuencia del golpe de estado del general Manuel Pavía. Cerdá intervino en la proclamación del Estat Català en 1873. Al final de su vida, estaba casi en la ruina y había perdido la salud. Ildefons Cerdà murió en el balneario de Caldas de Besaya (Cantabria), el 21 de agosto de 1876.
Fotos: DOminio público (Wikimedia Commons)
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